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Pedro Aja Castaño   

Como persona práctica procuro no hablar sobre cuestiones religiosas ya que es difícil dilucidar el porqué de la fe o ateísmo de alguien, porque es una historia muy personal. Sin embargo, tuve que reconsiderar el asunto al ver la película THE MOST HATED WOMAN IN AMERICA. (La mujer más odiada de los Estados Unidos) como la calificó la revista Life en 1964, porque vi en acción un ateísmo vociferante, obsceno, agresivo y peligroso para la persona misma y los demás, por lo que me pregunté… ¿cómo hubiera sido esta mujer de presidenta de los norteamericanos con una respetable población de creyentes? No es que los creyentes sean mejores o peores que los ateos, sino que cada quien se sienten justificado ante sí mismo, no importa lo que crean.

MADALYN MURRAY O’HAIR (1919 – 1995) fue una sagaz abogada que se volvió famosa porque logró un histórico fallo de la Corte Suprema de los Estados Unidos que terminó con la práctica de la oración y la lectura diaria de la Biblia en las escuelas públicas. Envalentonada pretendió que la NASA suprimiera la lectura del Génesis desde el espacio que estaba programada como evento televisivo durante la expedición del Apolo VIII. Su argumento era que se prohibiera a los astronautas norteamericanos -empleados del gobierno- que hicieran ostentación en público de sus creencias religiosas, pero la CSJ, rechazó el caso. Otra peculiaridad de la señora fue hacer un negocio del debate público entre su ateísmo y la fe, teniendo como contendor a un pastor protestante. El show les generó jugosos dividendos de los que se ufanaban.  Murió Madalyn junto con su hijo y su nieta en 1995, asesinados por un miembro de su ASOCIACIÓN DE ATEOS que había sido acusado de robar dinero a la organización y despedido por eso.

Traigo a colación el asunto porque André Malraux predijo: “El siglo XXI será espiritual, o no será” y en nuestro escenario político de los últimos años, hemos visto connotados personajes de la farándula, la vida pública anunciando su fe o su ateísmo como garantía de algo que a la larga nadie entiende. Porque si el ateo asegura que Dios no existe ¿por qué se afana en anunciarlo como si fuera una preocupación? Lo que también le ocurre a muchos creyentes por lo que tengo la sospecha de que el problema no es Dios o   su ausencia, sino que cualquier enunciado sin conocimiento, vivencia o experiencia real del tema se convierte sencillamente en obsesión de ser escuchado. 

Y esa obsesión, en vez de percibirse como algo peculiar de la persona, se convierte en un ‘Balotto’  de especulaciones teniendo de juez un azar político y social, cuando el asunto se trata, no de adivinar mediante un ‘me gusta/no me gusta’, sino de conocer a fondo un candidato presidencial.  Por eso es un misterio cómo se define el futuro de los países.

Y para rematar la vida también tiene sus coincidencias significativas. Una de ellas es que, sin que nos demos cuenta, uno como que va desarrollando su propia obra teatral sin darse cuenta. A veces el ateísmo es un amor a Dios disfrazado; en otros es auténtico.  Antonio Gramsci el creador del marxismo cultural murió invocando al niño Jesús de Praga. Por otra parte, el 5 de septiembre 2010 Alejandro Gaviria, ex rector de Los Andes, que se describe como un optimista trágico y ateo    publicó   “El ateo agonizante” un artículo sobre Christopher Hitchens, azote de los creyentes,  y esto nos transcribe del enfermo: 

Uno no lucha contra el cáncer. La metáfora no funciona. No hay ninguna actividad, ninguna resistencia. Todo lo contrario. Sólo pasividad, inapetencia y una confusión casi paralizante. Nada que sugiera la imagen de un revolucionario en el campo de batalla. El enfermo de cáncer es un negociador triste: entrega parte de sus facultades por unos años más en este mundo.” Y agrega Gaviria: “En una entrevista reciente, Hitchens agradeció las oraciones de mucha gente.” ¿Un ateo converso? No sabemos.

Pero como el mismo Gaviria lo dice la vida lo conectó con su propio escrito cuando le diagnosticaron un cáncer linfático siendo Ministro de Salud en el 2017. Desde su oficina, publicaba en Instagram su periplo contra la enfermedad. ¿La terapia de un optimista trágico? Indudablemente. Porque necesitamos ser escuchados. Pero… ¿Cómo sería de presidente tratando de lidiar con el cáncer social de la violencia? Un misterio. Pero diferenciemos.

No son un misterio, ni peligrosos, los ateos sin poder político. Son bienvenidos los agnósticos buscadores, los antiteistas, los ritualistas del show que se pueden confundir con los indiferentes. Y sucede lo mismo con los creyentes y sus múltiples denominaciones y religiones. De uno y otro lado lo interesante es preguntarnos ¿Por qué, EN OCCIDENTE, ante el tema de Dios hay distintas posturas y la gente no se mata? ¿Se puede decir que unos están equivocados y otros no? ¿Cómo se entiende que cada vez encontremos  menos ateos? ¿Y por qué un político decide hablar de sus creencias religiosas cuando todos sabemos que lo que quiere es el poder y no catequizarnos? La desconfianza surge porque todos nos hacemos esta pregunta: Si llega a ser elegido ¿Cómo utilizará el poder? Un presidente demócrata se cuidará porque sabe que el poder es útil pero también peligroso. El que no es demócrata ya está curtido contra el peligro y solo busca el poder para que le sea útil. Por eso nos engañamos cuando pensamos como demócratas sobre posibles dictadores. Por lo tanto hágase las siguientes preguntas para las próximas elecciones para que resuelva el misterio de candidatos creyentes o ateos.

  1. ¿Le dará a la gente lo que necesita y pude dar, o lo que la gente quiere oír?
  2. ¿Usará el miedo o la persuasión cuando fracase en su cometido?
  3. ¿Cómo utilizará la información privilegiada?
  4. ¿Cómo ha obtenido su fama y estatus? El cómo nos dice mucho.
  5. ¿Qué dicen su mirada, tono de voz, gestos, sonrisa (si la tiene o no) etc.? Hay muchas formas de detectar la mentira según el lenguaje del cuerpo.  
  6. ¿Interrumpe a los demás?

Ahora bien, al sentirse menos inhibidos los poderosos de cualquier categoría se sienten con el ‘derecho a la acción’ y por eso creen que pueden tener el control de todo.  También es probable que vean a las personas como herramientas y les falte una perspectiva fuera de la propia. Además como la soberbia nos puede llevar a creernos buenas personas, podemos terminar perdiendo lo práctico que hemos logrado con los demás, al no controlar nuestro comportamiento.  Pero el lío no es el individuo. En privado un dictador puede reconocer su equivocación, pero su compromiso con el grupo lo hace actuar de acuerdo con intereses que él no controla.

Ahora bien, debemos diferenciar entre ‘Dios’ como nombre genérico que designa una religiosidad de tipo positivo, alternativo o diferente, surgida por las cambiantes necesidades sociales de ‘creer’ en algo en un supermercado de una espiritualidad, sin Dios.  Porque hay   otra religiosidad consciente y perversa llamada satanismo. José Luis Sánchez Nogales en su libro LA NOSTALGIA DE LO ETERNO  - Sectas y religiosidad alternativa, nos da cuenta de 123 grupos satánicos, y todo un enjambre de grupos sin Dios con derechos de participación política en la democracia. Lo que no ocurre en las dictaduras porque el ‘dios’ es el estado y sus representantes son dirigidos por algo ‘alternativo’ que a veces da escalofríos.

Pero ese mercado de espiritualidad sin Dios puede ser manipulado para unas elecciones, por lo que le dejo la siguiente inquietud. Por favor busque:   “Magos, brujas, santeros y cuentistas que influyeron sobre grandes líderes mundiales”, y encontrará lo que sigue: - Jair Bolsonaro: influenciado por Olavo de Carvalho. Hitler fue influenciado por Jan Hanussen.  De Churchill se encargó Alister Crowley.  El rey Arturo fue influenciado por Merlín. A Ronald Reagan lo secreteó   Joan Quigley, astróloga, al igual que Jean Dixon lo hizo con John Kennedy. Rasputín fue un monje ruso carismático y embaucador que logró dominar emocionalmente a la familia Romanov.  A Juan Domingo Perón lo manejó José López Rega. Jordi Pujol fue influenciado por la bruja Adelina. François Duvalier   (Haití, 1907-1971), médico y político, se convirtió en presidente de Haití en 1957 a través de unas elecciones democráticas. No necesitó brujo porque él lo era. Chávez, Nicolás Maduro y Fidel Castro iniciados en la santería.  Felipe II: influenciado por John Dee. Etc. Y sobre la Reina Isabel y familias prestantes de la élite mundial hay historias similares.  A lo anterior agreguemos lo que puede usted deducir de las ‘fiestas privadas’ de los intocables. Por eso la Iglesia Católica escudriña hasta la saciedad la vida de los propuestos  como santos como ejemplos para los católicos.

Todo lo anterior no pretende descorazonar a nadie, ni política ni personalmente, porque…  ¿Si Jesús era Dios, ¿por qué dijo: "Ninguno hay bueno, sino sólo uno, Dios"? Jesús no negaba su deidad; más bien usó la pregunta reprendiendo al hombre que lo llamaba bueno, para obligarlo a pensar en las implicaciones de sus propias palabras 

sobre la falta de bondad del hombre que acomoda a Dios, de acuerdo con sus necesidades o carencias. Y la prueba la suministró el mismo joven gobernante que "se fue triste" (Marcos 10:22) porque se dio cuenta que, aunque estaba entregado a guardar los mandamientos, no había cumplido el primero y el más importante de ellos: Amarás al Señor tu Dios con todo tu corazón, y con toda tu alma, y con toda tu mente (Mateo 22:37-38), pues sus riquezas eran más valiosas para él que Dios, y por lo tanto el hombre no era "bueno" ante los ojos de Dios. Sin embargo, Jesús dijo que no había venido a   juzgar, sino que con nuestro propio discernimiento debemos decidir nosotros mismos qué es lo que VERDADERAMENTE nos hace felices. Esa es la tremenda responsabilidad del libre albedrío.

Entonces, si en una campaña política el Dios de Jesús no es una primera prioridad… ¿Qué se puede esperar de los que no creen en él, aunque hagan cosas buenas? No acuso a nadie. Solamente tengamos en cuenta que, como dice el dicho, ‘el diablo es puerco’,  y puede hacer caer al mejor de los ‘santos’. Por lo que Jesús le preguntó al  Padre, ¿Por qué me has abandonado? Pero su voluntad de salvar se impuso sobre la duda. Así que en una elección, o en cualquier aspecto de la vida cotidiana,  como decía el profe Maturana, “perder es ganar un poco”.

Claro que la experiencia queda devaluada frente a la vanidad cuando se trata de un escenario público. Y creyentes, ateos e indiferentes, como todos, siempre dudamos. Por lo que tener ‘fe’ en las promesas de alguien debe ser un acto de racionalidad y las mayores certezas, porque la buena fe depositada en el ser humano, aunque es loable, tiene sus bemoles. No sé si Doña Juanita, mi señora madre, tenga o no la razón, cuando me decía: “Pedro, Pedro; piensa mal y acertarás”, no seas ingenuo”.  Siempre confió en mí porque me conocía un poco, no totalmente. Y no soy cínico, sino realista conmigo mismo.

Publicado en Columnistas Nacionales

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