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Juan Camilo Restrepo*

En una calurosa alocución del presidente Petro ayer, desde Caucasia, anunció que va a pedirle al FMI la reprogramación del crédito especial que esta entidad multilateral le otorgó a Colombia para hacer frente a los inmensos gastos que a nuestro país- lo mismo que al resto del planeta- le requirió la lucha contra la pandemia.

Colombia en infinidad de veces ha solicitado de sus acreedores reprogramar el pago de determinados créditos (o sea, extender el plazo de las amortizaciones convenidas para liberar caja para otros propósitos), lo que es distinto a una moratoria.

El anuncio de Caucasia no tiene, pues, nada de novedoso ni de extraño

Sin embargo, la manera como ha planteado el asunto el presidente Petro sí tiene reparos y puede acarrear consecuencias indeseadas.

Veamos

1- No es apropiado plantear estos asuntos a los cuatro vientos al calor de una manifestación pública sin primero haber hablado discretamente con el acreedor. La manera tremendista como lo presentó Petro puede transmitir a la comunidad financiera internacional la falsa idea de que Colombia está al punto de caer en una bancarrota. Cosa que, por supuesto, no es cierta.

2-Cerca de 90 países recurrieron a las ventanillas del Fondo Monetario Internacional en aquella grave crisis que fue la pandemia, para buscar recursos extraordinarios con los cuales hacerle frente a la emergencia. No fue, pues, una decisión injustificada del anterior gobierno tocar a las puertas del FMI como lo presentó Petro ayer en Caucasia.

3-La línea que utilizó Colombia fue por US$ 4,5 billones; plazo de cinco años; y con un costo muy favorable: tasa de interés anual del 1%. Es un endeudamiento más barato que los otros que ha venido utilizando Colombia

4- Una característica de esta línea de crédito es que no tiene "condicionamientos", como lo ha señalado el ex ministro José Antonio Ocampo. 

Pedir ahora una reprogramación - lo que no es usual en el FMI a no ser que se tenga un agudo problema de balanza de pagos que afortunadamente no es el caso de Colombia -puede entrañar el riesgo de que esta entidad multilateral le exija gravosas "condicionalidades" a nuestro país.

5- El FMI cuando estudie esta solicitud le llamará la atención a Colombia que el endeudamiento externo ha subido en el gobierno Petro por razones distintas a haber utilizado la línea de emergencia durante la Pandemia. En efecto, la deuda externa de Colombia crece en el actual gobierno del 53% al 57% del PIB.

Muy mal argumento para entrar a plantearle ahora al FMI una reprogramación.

6- Lo más importante es manejar este asunto sin estridencias. Hablarlo tranquilamente con el FMI en vez de ventilarlo en manifestaciones calenturientas. Y en todo caso no irle a crear a la comunidad internacional la sensación de que Colombia está al borde de un default en el servicio de su deuda, que por supuesto no es el caso.

* Publicado en su cuenta de X (@RestrepoJCamilo) el 12 de abril de 2024.

 
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