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Álvaro Ramírez G.   

Acaban de pasar las elecciones denominadas Paso en la República Argentina.

Para nosotros, una primera vuelta presidencial, que elimina a todos los competidores y sólo pasan a la vuelta final en las presidenciales de Octubre los dos que obtuvieron ayer la más alta votación.

Javier Milei, de la Libertad Avanza, con un 30.06% y Patricia Burlich, que llegaría con un 28%, son las más altas votaciones.

En esencia irán a la segunda vuelta Milei, en la oposición radical al régimen actual y Burlich también opositora pero más moderada.

No se necesita ser un gran analista político para concluir que Javier Milei, doctor en economía de 52 años, se perfila con muchísima claridad como el próximo presidente de los argentinos.

Ya lo había pronosticado él mismo, “si yo paso a la segunda vuelta, (ballotage) ¡seré el presidente de los argentinos!”

¡Y pasó de primero!

En octubre van a caer indefectiblemente el kichnerismo y el socialismo en la Argentina.

Dejan un país endeudado, refinanciado por tercera vez, arruinado y con 5 millones de Argentinos “¡con dificultades para comer!”

Uno de los países más ricos de la tierra, con una agricultura y una tecnología agrícola sobresaliente, es hoy uno de los 20 países más pobres del planeta.

El socialismo los arroja a la ruina. Por allí andan Cuba, y Venezuela.

Dos emisiones irresponsables de moneda, hechas desde el gobierno Kirchnerista, para conseguir recursos y “maquillar” la crisis, arrasaron con la moneda argentina qué hoy no vale nada.

La Argentina se ha ido dolarizando desde la informalidad; todo se cotiza en dólares, como un seguro de la gente a la inflación y a la devaluación que se devoraron la riqueza del país.

Milei es un doctor en economía con muchos pergaminos y muchos textos escritos.

De ser un analista político, se convirtió en diputado y ahora será sin duda el nuevo presidente del país austral.

Y fundó un partido que se llama “La Libertad Avanza”.

En esencia, a la Argentina se la devoraron la corrupción y el parasitismo que implantaron allí Cristina Kirchner (condenada por corrupción) y Alberto Fernández hoy presidente saliente.

Milei va a cerrar el Banco Central y a terminar con el  señoriaje”, (tener una moneda propia), para que la moneda argentina no sufra más devaluación por culpa de unas emisiones monetarias irresponsables y mediáticas.

Son como el agua del mar; te quita la sed de inmediato, pero al poco tiempo te mata.

Reducir el tamaño del Estado drásticamente es la primera acción de Milei.

“Entre menos Estado, ¡menos corrupción y más libertad!”

Va a eliminar la mitad de los ministerios.

Saldrán del gobierno varias decenas de miles de parásitos que “cobran pero no laburan”, como dicen los argentinos.

Pero la propuesta que más anima a los argentinos es la libertad económica.

Milei va a desmontar toda una maraña de trámites, limitaciones, requisitos y regulaciones absurdas y contra cíclicas que tienen enredado y famélico al sector productivo.

Aerolíneas Argentinas, la petrolera estatal YPF, y decenas de empresas públicas deficitarias, e inviables, que hoy sostienen los argentinos, “se privatizan o se cierran”.

Clarísimo.

Milei va a arrasar en las presidenciales de octubre.

Lo llaman el  candidato volcánico”, porque explota y enfrenta a la “casta” (de ladrones) con mucha energía.

Es muy fuerte en sus expresiones (“¡zurdos de mierda!”), pero muy sólido en su propuesta económica.

Es un plan de acción simple pero muy eficaz.

Plantea Milei que, en 30 años, Argentina sería de nuevo una potencia mundial y no el país arruinado e inviable que entregan kirchneristas y socialistas.

Los jóvenes de Buenos Aires, y ya los de las demás provincias, están no solo conectados con Javier Milei, sino explosivos y embelesados con su candidatura.

Las últimas apariciones públicas de Milei, se parecen más a unos conciertos musicales.

¡Apoteósicas!

Nadie les había gritado que eran unos ladrones a los actuales gobernantes, con tanta fuerza y con tantos argumentos como Milei.

Que bien por la Argentina, que va corrigiendo su rumbo.

Dará un viraje de 180 grados a toda su política pública y económica.

¡Felicitaciones Argentina!!

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