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Pedro Aja Castaño   

La vida es como una serie de cartas que son abiertas por unos, olvidadas por otros, y apreciadas por los que aman. No sé cuáles puedan ser las razones de cada una de esas decisiones. Sospecho que hoy, por estar muy educados, creemos que lo sabemos todo para la VERSIÓN que tenemos de nuestra vida, no sobre su VERDAD,  por lo que hay cartas y mensajes que no leemos; pero hay otros que son atesorados por la memoria y el corazón. Sin embargo, hay ciertos ‘carteros’ que insisten en que hay mensajes que no pueden ser eludidos; por lo que, a veces, tarde nos enteramos del asunto. Veamos el caso dramático de Steve Jobs, una excelente persona, reflejado en una carta que escribió antes de morir porque estando muy ocupado no se molestó en leerla cuando podía hacer algo por su propia felicidad y la de los otros.  

He llegado a la cima del éxito en los negocios. A los ojos de los demás, mi vida ha sido el símbolo del éxito. Sin embargo, aparte del trabajo, tengo poca alegría. Finalmente, mi riqueza no es más que un hecho al que estoy acostumbrado.

“En este momento, acostado en la cama del hospital y recordando toda mi vida, me doy cuenta de que todos los elogios y las riquezas de los que yo estaba tan orgulloso, se han convertido en algo insignificante ante la muerte inminente. En la oscuridad, cuando miro las luces verdes del equipo para la respiración artificial y siento el zumbido de sus sonidos mecánicos, puedo sentir el aliento de la proximidad de la muerte que se me avecina. Sólo ahora entiendo que, –una vez que uno acumula suficiente dinero para el resto de su vida–, tenemos que perseguir otros objetivos que no están relacionados con la riqueza.
“Debe ser algo más importante: Por ejemplo, las historias de amor, el arte, los sueños de mi infancia… No dejar de perseguir la riqueza, sólo puede convertir a una persona en un ser retorcido, igual que yo. Dios nos ha formado de una manera que podemos sentir el amor en el corazón de cada uno de nosotros, y no ilusiones construidas por la fama ni el dinero que gané en mi vida, y que no puedo llevarlos conmigo.
“Solo puedo llevar conmigo los recuerdos que fueron fortalecidos por el amor. Esta es la verdadera riqueza que te seguirá; te acompañará, te dará la fuerza y la luz para seguir adelante. El amor puede viajar miles de millas y así la vida no tiene límites. Muévete adonde quieras ir.

Esfuérzate para llegar hasta las metas que deseas alcanzar. Todo está en tu corazón y en tus manos.
“¿Cuál es la cama más cara del mundo? La cama de hospital.  Si tienes dinero, puedes contratar a alguien para conducir tu carro, pero no puedes contratar a alguien para que sobrelleve tu enfermedad en lugar de cargarla tú mismo. Las cosas materiales perdidas se pueden recuperar. Pero hay una cosa que nunca se puede sustituir  cuando pierdes la vida.
“Sea cual fuere la etapa de la vida en la que estamos en este momento, al final vamos a tener que enfrentar el día cuando la cortina caerá. Atesora amor para tu familia,  amor por tu esposo o esposa, amor por tus amigos… Trátense bien y ocúpense del prójimo”.

Creo que Dios en su misericordia infinita, le permitió a Steve Jobs que nos hablara de la CARTA DEL AMOR y los sueños de su inocente infancia;  una carta que se olvidó de abrir, obnubilado por el trabajo y el éxito. Sin embargo,  esa experiencia que nos comunica nos obliga a abrir DEFINITIVAMENTE ESA CARTA y  leerla con agradecimiento hacia Dios que nos habla a través de la memoria de Steve. Él era una persona normal que leía lo que era importante para su negocio.

Sin embargo, el alma de las  PERSONAS NORMALES necesita   del amor en sus múltiples variantes: mensajes, señales, voces, miradas, gestos, para constatar que están involucradas en el quehacer SIGNIFICATIVO de este mundo;  incluso aquellos que no tienen nada qué hacer necesitan amor. A esa necesidad hoy la llaman  ‘ser   visibilizado’,  porque nos da vergüenza admitir que todos necesitamos ser amados.

Por otra parte, los objetos no necesitan nada; son usados. Entonces hay unos avispados que quieren convertir a las personas en objetos y tratan de manipular todo aquello que nos da autenticidad, intentando convertir los planteamientos y cuestionamientos del  QUIÉN, en los usos del QUÉ. Por lo que vale la pena preguntarse: ¿Quién o qué es una persona?

Porque, aunque no nos demos cuenta, hay muchas formas sutiles y respetadas de convertir a las personas en objeto de debate, para que nos olvidemos de su esencia, su alma; y en eso son expertas  ciertas ideologías. También nos embolata el  trabajo honesto cuando se olvida que somos seres sociales.  De ahí que  una persona digna sea  alguien que, en cierta medida y según sus capacidades,  lucha con los avatares propios o imaginados de una filosofía,  una falsa religión, una ideología,  un paradigma mental o emocional, una costumbre inútil, un negocio.

Sin embargo, hoy en día la cosa se complica porque todos esos elementos los pueden  convertir en   escenarios complejos ideados por   quienes pretenden establecer una posición de poder,  sumisión,  igualdad,   respeto que, mediante falacias bien montadas,  intentan suministrar una posible SOLUCIÓN SALVADORA. Por lo que  no debemos olvidar  que en su origen la palabra  PERSONA  que nos identifica como seres humanos de derechos, era la máscara de un actor o personaje. Pero también era y es  un recurso necesario para socializar  con los otros o sobrevivir con el   papel adecuado  para la competencia, la  supervivencia o el engaño.  ¿Y en qué consiste, generalmente, la solución salvadora con la que nos embaucan?

Es la habilidad para  convertir en problema y dar respuesta a cualquier componente de la vida, descontextualizando su función. Ejemplo: las mascotas hacen caca en lugares inadecuados. Entonces alguien con influencia y poder empieza a difundir la idea de  prohibir las mascotas en las calles, cuando en realidad se trata de educar  a los dueños. Un chico decide fumarse un cacho de marihuana y un ‘genio’  se imagina que  proteger al consumidor del vicio significa el libre desarrollo de la personalidad. Ese jurisconsulto se olvidó que la humanidad había decretado su llamada ‘libertad’ desde la Revolución Francesa, pero tampoco nos explicó por qué esa ‘libertad’  tiene al planeta bastante mal.

Porque no entendió que quien decreta el libre desarrollo de la personalidad, no ha asumido la SABIDURÍA de las restricciones  que deben imponerse al  loco, simpático,  querido y curioso, adolescente interior   que siempre merodeará por los alrededores de la razón. El tipo de la loca idea era   experto en leyes, pero no era psiquiatra, sacerdote, ni científico, o cualquier persona responsable  que vive perpleja con el ser humano; y cómo, muchas veces, ese paquete de problemas y luces, llamado ser humano, es DEFINIDO, FORMADO,  por una angustia, una indiferencia, una enfermedad, o un amor incomprendido en busca de un falso o auténtico algo o alguien colmador; un terrible escenario interior cuyo origen desconoce porque, sencillamente, en un momento de su vida se ENCONTRÓ  con algo suyo llamado cuerpo, mente, alma, y no sabe cómo llegó a su propio escenario biológico.

En esa obra de teatro  individual y cerrada en la  que el observador es lo observado; en la que se es personaje o auditorio, monólogo consigo mismo, a veces   la persona  sabe qué o quién es, y otras veces lo olvida;  es decir, alguien eterno y, a la vez, transitorio en busca de permanencia. Por lo que busca una relación o un uso coherente y respetuoso entre las personas y su propio embrollo. Igual les sucede a los otros. De todo esto, si tenemos éxito, a veces surge la civilización; y otras veces la barbarie. Pero digamos que esa conciencia de civilización  funcionaba cuando la sociedad era  la de una RELACIÓN DE PERSONAS, cara a cara; con intermediarios confiables y conocidos.   Hoy en día la ‘relación’ está mediada por la tecnología, instituciones, documentos, acuerdos, robots y,  últimamente, pareciera  que la sociedad estuviera  dirigida por  ciertos seres clonados y programados, no sabemos con qué propósito por lo que el profundo significado de la vida está desapareciendo, lo que da lugar a la feria de las vanidades que otros llaman teorías conspirativas, un término de disuasión sicológica para programarnos en la renuncia a conocer una verdad tenebrosa.

Ahora bien, con el avance de la ciencia que ha desmenuzado el manejo  del cuerpo, la mente, el alma y las costumbres, el problema no es la técnica, sino el significado y verdad del mensaje. Y cuando se llega a esa certeza, entonces la AUTENTICIDAD  de lo que se dice, adquiere una inusitada relevancia, porque ese mensaje prueba su VERDADERO ORIGEN, no mediante razonamientos, sino a través de coincidencias significativas que no pueden ser controladas por el hombre.

Ejemplo: hay muchos escritos, instrumentos o profecías  sobre ‘castigo’ a los que nadie les para bolas; pero cuando una pandemia se interpreta como una sanción moral, aunque no sea un acontecimiento premeditado por un ‘dios castigador’, ¿qué nos impulsa a darle esa interpretación? Hay un dicho que dice: “El ladrón juzga por su condición,”  una sabiduría a la que no se  le para bolas, hasta cuando nos vemos afectados. Igual ocurre con instituciones y documentos fundamentales cuando son leídos a la ligera, o manipulados,  para convertirlos en armas políticas. Veamos uno de ellos.

LA CARTA POLÍTICA. También llamada Constitución, Carta Magna o Fundamental muy pocas veces es abierta para leer la esencia y significado de su MENSAJE. Si los abogados de la Asociación de Ateos de Bogotá que ganaron una tutela para que la Policía no comprara 720  Biblias, ABRIERAN LOS OJOS ESPIRITUALES QUE NO TIENEN, respetarían la BUENA INTENCIÓN  EN LA INVOCACIÓN del pueblo colombiano expresada en el Preámbulo de la Constitución:

“El pueblo de Colombia, en ejercicio de su poder soberano, representado por sus delegatarios a la Asamblea Nacional Constituyente, INVOCANDO LA PROTECCIÓN DE DIOS, y con el fin de fortalecer la unidad de la Nación y asegurar a sus integrantes la vida, la convivencia, el trabajo, la justicia, la igualdad, el conocimiento, la libertad y la paz, dentro de un marco jurídico, democrático y participativo que garantice un orden político, económico y social justo, y comprometido a impulsar la integración de la comunidad latinoamericana, decreta, sanciona y promulga la siguiente CONSTITUCIÓN POLÍTICA DE COLOMBIA.” Por lo tanto reflexionemos lo que significa LA PROTECCIÓN DE DIOS.

Si el  magistrado, funcionario, o cualquier persona creyente,  invoca con fe al Espíritu Santo para que nos  ayude a todos a ejercer nuestras  funciones, en el juez intachable  se manifestaría una capacidad superior de inteligencia, sabiduría, interpretación de la ciencia del derecho. Ese juez inspirará respeto porque manifestará una ausencia de liviandad en sus decisiones que inspirará respeto por su institución. ¿Por qué ocurre esto? Porque esa persona se atrevió a abrir y asimilar el mensaje de la Biblia que fue el primer libro impreso que nos enseñó a leer. Y con la lectura vino el progreso de occidente, por lo que la voz de la compasión y la justicia se hizo pública a través del derecho que fundó la democracia. Por eso el comunismo suprime la Biblia.

Un ateo obviamente no lo entiende, porque no ha experimentado, y por lo tanto no conoce el PODER DE CUALQUIER INTENCIÓN SANTA. Sin embargo, ese ateo está vivo porque la INTENCIÓN  de amor de  sus progenitores engendró un esfuerzo continuo de algo bueno para que un potencial desconocido DISFRUTARA EL SER Y LA VIDA.  ¿Pudo el abogado ateo sustraerse a la SOBERANÍA  de sus padres para engendrarlo? No. De la misma formaDios no se legitima ni legaliza mediante una constitución o un ritual de papel que no tiene soberanía sobre Él, sino que prueba su soberanía sobre las personas  mediante  su existencia y poder en coherencia con los actos de cada quien  cuando esas personas   así lo quieren y, a veces, cuando lo necesitan, sin que sepan que de Dios proceden los milagros inexplicables de su vida, porque hasta el ateo es un hijo pródigo.  

Todo lo anterior lo digo porque el abogado Nicolás Calderón Grisales,  un ateo,  no puede deslegitimar la existencia de alguien que, para él, no existe; ni tampoco, su instrumento de prueba, la Biblia. Ese señor radicó una tutela pidiendo la protección de su derecho a la libertad de culto y el libre desarrollo de la personalidad. Sin embargo, su CONCIENCIA, un regalo de Dios que puede rechazar, es lo que lo hace  verdaderamente libre. Y esa conciencia no le pertenece porque pertenece a la vida que él no ha creado. Esa vida, no el derecho,  es la que determina el libre desarrollo de la personalidad, porque el legislador no puede cubrir TODOS LOS ESCENARIOS NI CIRCUNSTANCIAS DE LA VIDA.  Ahora bien, si el Doctor Calderón Grisales es verdaderamente serio sobre el libre desarrollo de la personalidad… ¿Por qué no ENTUTELA A LAS FARC que sí pueden impedirle de manera definitiva el libre desarrollo de su personalidad?

Y así como el abogado ateo no ha entendido la ESENCIA de la Constitución porque no ha abierto el libro de su conciencia para saber por qué unos aprenden a leer y otros no el mensaje de Dios, sí  lo podría  hacer,  si abre en internet  los mensajes de: “Una enfermera abortista de Bilbao se convierte en el Himalaya”;    “La ciencia provocó la conversión del ateo más famoso del mundo”,  o lee el libro “Consciencia más allá de la vida” escrito por el cardiólogo ateo Pim Van Lommel; o cómo la fe moldea al cerebro en “La Biología de la Creencia”; o definitivamente como los muertos se comunican con los vivos en “El Experimento Delpasse.”

Porque la felicidad y el uso correcto de la ciencia del derecho es una decisión que procede de los mensajes que hemos dejado entrar a  nuestro corazón, de manera consciente o inconsciente, ya que ningún niño nace comunista,  ni católico; porque,  como decía Epícteto: “No nos pasa lo que nos sucede, sino lo que nos decimos  a nosotros mismos sobre lo que nos pasa.” De ahí que me haya tomado muy en serio las cartas o mensajes que decido abrir o ignorar, no pretendiendo saberlo todo, porque alguien probó ser la VERDADERA LUZ  para la humanidad;  pero también abro  los de aquellos que, con su trabajo duro y honesto, han beneficiado a la humanidad. Veamos algunos de Thomas Alba Edison.

Edison no abrió el sobre del mensaje  sobre el alma y reconoció su incapacidad cuando dijo con toda honestidad: “MI MENTE es incapaz  de concebir algo así como un alma. Puedo estar equivocado y el hombre puede tener un alma; simplemente no lo creo. Lo que puede ser un alma está más allá de mi comprensión.” Pero hoy las cámaras han registrado cuando algo  etéreo abandona el cuerpo de los que mueren.

Sin embargo, Edison sí abrió otro sobre que le permitió decir: “Estoy convencido de que el cuerpo está compuesto de entidades que son inteligentes y están dirigidas por este Poder Superior. Cuando uno se corta su dedo, creo que es la inteligencia de estas entidades la que sana la herida. Cuando uno está enfermo, es la inteligencia de estas entidades lo que trae consigo la convalecencia. ¿Sabes que hay células vivas en el cuerpo tan pequeñas que el microscopio no puede encontrarlas? Las entidades que le dan vida y alma al cuerpo humano son más finas y se encuentran infinitamente más allá del alcance de nuestros mejores instrumentos científicos. (En ese momento no existía el microscopio electrónico) Cuando estas entidades dejan el cuerpo, el cuerpo es como un barco sin timón: desierto, inmóvil y muerto”.

Así que tengamos cuidado cuando decidamos abrir o ignorar ciertos mensajes porque CREEMOS SABER  de qué se trata el asunto. Porque aunque Nietzsche haya dicho: “Tener fe significa no querer saber la verdad”, Tolstoi aseguró:   “No se vive sin la fe. La fe es el conocimiento del SIGNIFICADO  de la vida. La fe es la FUERZA  de la vida. Si el hombre vive es porque cree en algo.” Nietzsche hablaba de un laboratorio, del superhombre en el que creyeron los nazis y fueron derrotados por la vida de la que nos habla   Tolstoi. El periodista panameño HITLER CIGARRUISTA, en una reciente visita a Berlín dijo: "Mi papá quería demostrar que podía haber un Hitler bueno." Cigarruista no sabe si ha cumplido la ilusión del padre, pero sí ha sobrellevado su decisión con paciencia durante toda la vida. Hay ciertos mensajes que no deben ser asumidos, así procedan de la persona que más amamos.

Para eso Dios  nos dio el discernimiento entre el bien y el mal que puede disfrazarse de ángel de luz aprovechando  nuestros buenos sentimientos. Yo puedo entender lo que me dices, lo que no quiere decir que deba aceptarlo. Está de por medio mi dignidad de conciencia que me dice que debo atesorar mi libertad de una manera correcta. Y Dios no tiene problemas con eso porque mi libertad es su regalo, no el tuyo. 

Publicado en Columnistas Nacionales

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