Alexander Cambero
Alexander Cambero
El Tribunal Supremo de Justicia de Venezuela configura el mayor fraude electoral que se conozca en los anales de la historia. Una vergüenza que hace del deshonor un sello que marca con tinta maloliente una decisión aberrante.
Alexander Cambero
Un presidente colombiano visiblemente molesto anda amenazando a todo aquel que no quiere ser un súbdito de sus locuras. Ambiciona una nación anestesiada hasta el grado de aceptar ingenuamente el vil asesinato de la democracia para darle vida al falaz totalitarismo de izquierda. Ese es el proyecto que siempre han manejado; afortunadamente las instituciones del país mantienen su apego a la constitución y leyes de la República. Ese freno automático impide que la jauría avance.
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No le demos tantas vueltas al asunto. El gobierno de Nicolás Maduro ha pretendido desconocer la voluntad popular tratando de quedarse en el poder de manera irregular. El resultado de los comicios del 28 de julio fue una absoluta felpa para la manirrota administración revolucionaria. Perdió abrumadoramente a lo largo y ancho del país. Ese hecho irrebatible es conocido por el mundo entero. La diferencia es tan grande que no existe la menor probabilidad de ser rebatida de manera honesta.
Alexander Cambero
Venezuela sufre una desgracia escalofriante desde hace unos dolorosos veinticinco años. Colombia no puede imitar lo que ha sido un horror para nuestro pueblo.
Alexander Cambero
El candidato Nicolás Maduro perdió abrumadoramente en los veintitrés estados y en el Distrito Federal.
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Que una administración utilice recursos tan pueriles como la de impedir que María Corina Machado o Edmundo González puedan almorzar en un restaurante refleja una conducta disfuncional originada quizás en hogares asolados. Colocar dispositivos en las vías para que pinchen las llantas denota personalidades con instintos criminales. De allí hasta caer en una agresión física solo existe un paso, sobre todo cuando cunde la desesperación ante el inminente revés electoral.
Alexander Cambero
Bajo la premisa de un falso precepto de paz, el gobierno de Gustavo Petro viene alimentando la violencia como el mecanismo perfecto para sus malévolas intenciones. La democracia y sus instituciones le vienen causando urticaria. Siente escozor cuando desde la sociedad colombiana se cuestiona a su gestión tan llena de desaciertos y corruptelas. Su obra es letra muerta, la crisis nacional es de un recrudecimiento alarmante mientras un alucinante presidente se cree el pensamiento esclarecedor del planeta.
Alexander Cambero
No existe mejor fórmula que la Unidad como genuina expresión de la racionalidad política. La misma nos hace graníticamente invencibles para la patriótica jornada comicial del 28 de julio. Ella es la mayor de nuestras fortalezas. Consolidar esta realidad hace que apartemos las mezquindades y las ofrendamos como el mejor homenaje que le podamos brindar a Venezuela. Los legítimos intereses y de grupo tienen que estar supeditados al bien superior que es el destino nacional.