Alexander Cambero
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Son una fauna infectada de bajísima dignidad humana.
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Las calles de Colombia volvieron a cuestionar severamente al gobierno de Gustavo Petro. Las mismas son la expresión de miles de hombres y mujeres que sufren los rigores de una política absolutamente demencial que viene empobreciendo a los hogares neogranadinos hasta el punto de hacer insostenible su situación.
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Para Hugo Chávez y el inefable Nicolás Maduro significaba el prototipo del perfecto revolucionario. En variadas oportunidades lo ensalzaron hasta el punto de ser pieza clave en la revolución. En reuniones públicas y privadas siempre lo colocaban como un ejemplo digno a seguir. Ejerció ocho cargos gubernamentales fundamentales en el esquema del proceso. No era cualquier pieza que movían estratégicamente en el tablero político. Estamos hablando del funcionario que estaban formando para que asumiera las riendas a futuro.
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El presidente de Colombia Gustavo Petro no puede ver una estaca porque se ensarta. Es un caso extraño de querer enfrentarse a todo lo que racionalmente existe.
Alexander Cambero
La Dictadura crea una ley draconiana con la intención de terminar de acribillar la poquísima democracia que nos queda. El gobierno venezolano, que patrocina los peores vejámenes, utilizando para ello métodos que contrarían los derechos humanos, quiere presentarse ante la comunidad internacional como mensajero universal del antifascismo. Una especie de célibe guardián zelote que desea librarnos de los azotes ideológicos que forman parte del ideario de este tipo de expresión bárbara del atraso. «Los pájaros tirándole a las escopetas», diría la conseja popular.
Alexander Cambero
La situación electoral del presidente Nicolás Maduro es sumamente precaria. El repudio generalizado es de tal magnitud que no tiene la más mínima posibilidad de ganar unas elecciones medianamente transparentes. El alto mando revolucionario está claro que solamente violentando el ordenamiento jurídico electoral es que tendría alguna posibilidad de éxito. Todo un mecanismo delictivo que nos ofrece el gran menú de una dictadura sin recatos.
Alexander Cambero
Un presentimiento dejó sin dormir a Eulalia Martínez. Rodó toda la noche en su nicho de paja, algo le decía que a su hijo Ricardo, no le iría bien en su viaje a Duaca.
Alexander Cambero
La insobornable María Corina Machado nos ha demostrado que la dignidad no se negocia. Que frente a una dictadura no se puede ser pusilánime y menos ambivalente. Por ello la inmensa mayoría del país acompaña su coraje que va más allá de unos comicios.