
Jorge Enrique Pava
Jorge Enrique Pava Q.
Si en La Habana, o El Caguán o en cualquier otro proceso de paz colombiano existió algo de respeto por las apariencias, y se habló de diálogos de paz, lo que se vive hoy en Colombia con la Nueva Marquetalia es un peligroso monólogo dictatorial. Porque escuchar a Iván Márquez es como si estuviéramos escuchando al vocero de Petro. Es asistir a una farsa que viene prediseñada desde el trámite ilegal de la ley de Paz Total donde, a escondidas y a última hora, incluyeron la posibilidad de que los reincidentes, como Márquez, tengan otra oportunidad de ser reconocidos como negociadores y beneficiarios de nueva impunidad, a pesar de haber incumplido la verdad, justicia, reparación y garantía de no repetición.
Jorge Enrique Pava Quiceno
El senador Guido Echeverri Piedrahita fue acusado esta semana de peculado culposo y detrimento patrimonial, en la Corte Suprema de Justicia, por sus actuaciones en la Promotora Energética del Centro (Léase Miel II), y todas las miradas se volcaron nuevamente a este proyecto para, como solemos hacer con las grandes inversiones en Caldas, correr apresuradamente a satanizarlas y destruirlas.
Jorge Enrique Pava Q.
Después de cuatro años de inactividad, desengaño, corrupción, despilfarro y destrucción vemos una Manizales activa, dinámica y propositiva. Es el resultado de haber reaccionado masivamente y entregado las riendas a una administración con experiencia y voluntad de hacer; a una administración concentrada en la reconstrucción de la ciudad; a una administración que se alejó del retrovisor y trabaja en las soluciones y no en llorar por los problemas heredados.
Jorge Enrique Pava Q.
Producto de un acuerdo entre las gobernaciones de los departamentos del viejo Caldas, la administración del canal Telecafé recae alternativamente, cada cuatro años, en un departamento diferente y es el gobernador del cuatrienio quien decide administrativamente el destino de la empresa en su período. A partir del 1 de enero de 2024 ese poder lo ostenta el gobernador de Caldas, quien procuró una gerencia que erradique los vicios desastrosos que vienen asolando la entidad, de la cual se sirven los políticos para fortalecer candidaturas a gobernaciones y corporaciones públicas en los departamentos de su injerencia, mediante convenios y contratos multimillonarios con ministerios y otras entidades del orden nacional, sobre los cuales hay serias dudas y cuestionamientos.
Jorge Enrique Pava Q.
Manizales está de luto. Y es un luto profundo ocasionado por la supresión de libertades culturales que, producto de un congreso lleno de mermelada y doblegado corruptamente por el ejecutivo, decidió eliminar las corridas de toros en todo el territorio nacional. No valieron argumentos, consideraciones, contrapropuestas, súplicas ni coaliciones. Porque era un punto de honor impuesto a los petristas por su amo, a quien obedecen con disciplina de perros y adiestramiento servil, y se jugaba algo más simbólico en lo político que en su significado real.
Jorge Enrique Pava Q.
Esta semana se vivió una prueba de fuego dentro de la Asamblea de Caldas al enfrentar el problema del aseguramiento de recursos del balance (dineros dejados de invertir en vigencias pasadas) cercanos a $ 40 mil millones, que corrían el peligro de perderse y dejar así a medio camino las inversiones en vías y vivienda sobre las que actualmente hay contratos y proyectos en curso.
Jorge Enrique Pava Quiceno
Una guerra que desató el presidente Petro cuando declaró como enemigos a quienes no comulgamos con sus desafueros, ilegalidades, desastres y perversidades. Una guerra entre buenos -que es el pueblo trabajador, honesto, emprendedor, luchador y orgulloso de su patria-, y los malos -que son esas hordas de criminales que se sienten por encima de la ley y la constitución, y están asolando a Colombia aupados desde la propia presidencia-.
Jorge Enrique Pava Quiceno
Hace apenas dos años advertíamos del peligro que representaba Gustavo Petro para la institucionalidad, estabilidad y seguridad del país, y de la inminente instauración de una dictadura, y fuimos masacrados mediáticamente por esa horda inescrupulosa bodeguera que, pagada con nuestros impuestos o por los mismos dineros de la mafia que entraron a la campaña presidencial, silenciaban a quienes nos atrevíamos a vaticinar este desastre. Estábamos en medio de una contienda violenta, fétida y millonariamente alentada por delincuentes desde las cárceles o por mafiosos desde sus sedes o curules. La estela fue tan evidente que su propia familia la aceptó ante el país y los tribunales.