
Jorge Enrique Pava
Jorge Enrique Pava Q.
El miércoles de esta semana el alcalde Jorge Eduardo Rojas lanzó la campaña de “Manizales del alma” MZL, como marca de ciudad. Y lo hizo con el convencimiento de que tenemos un municipio hermoso y pujante, y de que vale la pena todo el esfuerzo que se haga por recuperar esta ciudad de las ruinas físicas, espirituales, económicas, morales y de emprendimiento en que la encontró. ¡Y en eso nos identificamos plenamente los manizaleños!
Jorge Enrique Pava Q.
Quienes hemos sido testigos, generadores, alimentadores o beneficiarios de la cultura de Manizales, sabemos que la ciudad durante muchos años se caracterizó por su limpieza, estética, orden y armonía, y la mostrábamos con orgullo ante el mundo. Fuimos un ejemplo de belleza, y prototipo cultural y cívico en Colombia.
Jorge Enrique Pava Q.
La visita hoy a Manizales de grandes personalidades de los gremios y del gobierno nacional, nos ubican en el ojo de un huracán beneficioso y productivo para la reactivación de la ciudad que, después de un golpe duro y devastador, requiere no solo de la colaboración de los manizaleños, sino del empeño del aparato productivo nacional y del gobierno central que muestra interés por nuestro futuro.
Jorge Enrique Pava Q.
Lo que está pasando en Venezuela con el robo descarado de las elecciones, y las aberraciones a las que el sátrapa Maduro está sometiendo a la oposición y a su pueblo, deben tener de plácemes a Petro y sus aliados mamertos. Primero, porque con el estilo abusivo, dictatorial, desvergonzado y cínico, su amigo venezolano está logrando altísima figuración internacional, que es lo primero que persiguen estos desalmados dictadores. Segundo, porque mientras los colombianos de bien nos indignamos con el atropello cometido en el vecino país, nos olvidamos de los escándalos de corrupción internos que alcanzan niveles insospechados. Y tercero, porque un supuesto triunfo, así sea temporal en Venezuela, se constituye en un bálsamo para el gobierno Petro que se siente orgulloso de ver cómo los métodos que él mismo utiliza pueden llegar a representar su espurio triunfo en 2026.
Jorge Enrique Pava Q.
Colombia, el país más hermoso del mundo, está sumido hoy en incertidumbre, desesperanza y zozobra. Incertidumbre, porque nadie sabe qué va a pasar mañana, ni con qué exabrupto se va a venir el gobierno para seguir desestabilizando la sociedad; desesperanza, porque cada día nos encontramos con una nueva arbitrariedad, un nuevo escándalo o una nueva vergüenza ante el mundo; y zozobra, porque todo lo que nos pasa debilita las ilusiones y las ganas de contribuir al engrandecimiento de la nación. Es increíble que hayamos caído en este caos que minó la estabilidad personal, emocional y social, y sigamos silenciosos ante un gobierno corrupto, criminal y desalmado.
Jorge Enrique Pava Q.
Las revelaciones de Olmedo López sobre el entramado de corrupción orquestado desde el alto gobierno, son asqueantes y devastadoras. Y es la punta de un iceberg que, al parecer, y por la indolencia de la justicia en todo lo que tiene que ver con Gustavo Petro y sus más allegados criminales, seguramente correrá la misma suerte que ha corrido el proceso de su hijo Nicolás: dilación, cambio de actores, dispensas, incumplimientos y búsqueda de impunidad en el tiempo. ¡Qué impotencia, por Dios!
Jorge Enrique Pava Q.
Tal vez la mejor noticia que hemos recibido en los últimos tiempos es la posición oficial del gobierno Petro con respecto a Aerocafé. Y es la mejor, porque ya sabemos a qué atenernos y podremos tomar decisiones que nos permitan sacar adelante el proyecto, desprendidos de promesas vanas y manos oscuras derrumbando lo construido o frustrando las aspiraciones.
Jorge Enrique Pava Q.
Dentro de las características de los progres que aún defienden la cloaca que es el actual gobierno nacional, y que tratan de ocultar las evidencias que salen a flote cada día, están la intolerancia y el desespero generados por la imposibilidad de argumentar a favor de la mayor equivocación en la historia de Colombia: haber elegido a Petro como presidente.