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La última botella presidencial

Alexander Cambero                                                                                        

El aguardiente presidencial baja abruptamente por la garganta para dejar al desnudo al mandatario Gustavo Petro.

Por supuesto que no es el primero en la larga historia a quien le encantan estos mejunjes etílicos. Es el carácter irascible que viene adquiriendo desde hace algún tiempo. Posiblemente, sean los números en las encuestas que hablan de un funcionario rechazado por la inmensa mayoría de los ciudadanos hartos de sus majaderías. Sus últimos discursos traen el tufillo de estar inspirados en la última botella.

Actúa con una gran agresividad que no cuida las formas, humillando a quien dirigía un acto. Prácticamente, le arrancó el micrófono de las manos para iniciar una perorata que nadie entendió. Viene entrando en un círculo vicioso en donde el descontrol maneja su voluntad para dejarlo en evidencia. Le ha faltado un poco de sindéresis para sacarse la cruda con un buen caldo de costilla colombiano acompañado de un tinto bien cargado. Una siesta en un chinchorro wayuu en donde los efectos puedan ceder.

Debería comprender que es el presidente de todos los colombianos. Que la majestad de su cargo le confiere una gran responsabilidad ciudadana. No estamos hablando de andar con un pelotón en la áurea criminal de una guerrilla olorosa a muerte. Es dirigir los destinos de una nación, para lo cual se requiere equilibrio emocional.

Refugiarse en el alcohol indica que el 2026 marca el fin de un proyecto fracasado. Sus agresiones a los funcionarios de su gestión ya rayan en lo intolerable. Son tan reiteradas sus torpezas que solo hay que dejarlo que habla para que siga hundiéndose más. Es el drama de una fatídica experiencia de izquierda tan dolorosa para Colombia que allí están sus estadísticas que indican la recesión de la nación.

Lo que muchos vieron como una esperanza se convirtió en un hombre que está jincho de tanto acariciar la botella. Ante la pérdida del afecto popular se ha refugiado en estos brebajes. Se necesita salir de esto a la brevedad posible. Afortunadamente, Gustavo Petro tiene fecha de caducidad.

@alecambero

Alexander  Cambero

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