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El dedo acusador Destacado

Ernesto Macías Tovar                                                                                    

Reza un viejo proverbio inglés: “Cuando señalas con un dedo, recuerda que otros tres te apuntan a ti”. Hace menos de un mes, en este mismo espacio, me referí a la creciente pérdida de respeto por la institución presidencial, paradójicamente provocada por el propio Gustavo Petro. Su conducta desbordada, cargada de improperios y ataques contra sus opositores

-en discursos y trinos- lo han transformado en una figura que actúa más como agitador callejero que como jefe de Estado, arrastrando con ello la dignidad que representa.

Recordaba entonces que, en plena plaza pública, Petro profirió un madrazo contra el senador Efraín Cepeda, presidente del Congreso y cabeza del poder legislativo, solo por expresar su desacuerdo con la engañosa “consulta popular”. Esta semana, tras el hundimiento de dicha iniciativa, el mandatario desató nuevamente su furia: acusó de fraude y sobornos a los senadores que votaron en contra, y se atrevió a lanzar una frase inadmisible en boca de quien ostenta la jefatura del Estado: “La banda logró con trampa hundir la consulta”.

Pero no se detuvo ahí. También arremetió contra el senador Ciro Ramírez, aludiendo a su reciente recuperación de la libertad por decisión de la Corte Suprema. En este punto cabe citar, con justicia, aquella enseñanza bíblica: “¿Por qué miras la paja en el ojo ajeno, y no la viga en el tuyo?”. Porque si bien el senador Ramírez enfrenta un proceso judicial, el ministro del Interior Benedetti, carga con siete procesos penales. Su ministro de Trabajo, Sanguino, arrastra otros dos. Y si continuamos enumerando funcionarios del actual gobierno y congresistas aliados, ya son varios los que se encuentran tras las rejas o a la espera de fallos judiciales.

Últimamente, muchos colombianos que alguna vez respaldaron a Petro comenzaron a perder la paciencia, como la perdimos hace rato quienes hemos estado en la oposición. Sus señalamientos infundados, irrespetuosos y agresivos, resultan inaceptables. Esa costumbre infame de levantar el dedo acusador sin pruebas, solo para deslegitimar al contradictor, raya con lo criminal.

Y ya que hablamos de frases pertinentes, cabe recordar otra: “Hay quienes no les alcanza la moral, por eso la tienen doble”. En un nuevo acto de desfachatez, y a propósito de esa doble moral, tras la derrota de su consulta politiquera, Petro anunció que volverá a presentarla, esta vez con una pregunta adicional, cerrada y tendenciosa, diseñada para forzar una única respuesta. Es decir, acudirá nuevamente a la misma “banda” de senadores para que estudien y tramiten una convocatoria ya rechazada por ser abiertamente inconveniente para el país.

18 mayo, 2025

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