Bendita la reja de la calle 12 del Palacio de Justicia, desprotegida, frágil y totalmente abandonada por la seguridad, que aguantó los intentos de algunos marchantes por violarla para que la turba pudiera entrar al Palacio.
Sorprendente que no existiera ninguna protección para esa reja, ni interna ni externa, después de la primera toma del Palacio de Justicia por el M-19 y después de estar advertidos del discurso de odio levantado contra la Corte alrededor de la convocatoria de las marchas. Como los milagros existen, fueron algunos ciudadanos que participaban en las marchas quienes reaccionaron y evitaron una nueva tragedia.
Mucho me preocupa la vida de los magistrados de las altas cortes, pues ella pendía de esa reja que casi colapsa y por eso pregunto: ¿por qué esa reja estaba desprotegida? ¿Por qué no había seguridad del Palacio? ¿Por qué no había seguridad interna? ¿Por qué no había seguridad externa? Muy grave y muy preocupante. ¿De qué les sirven los carros blindados y sus escoltas si cuando están en su lugar de trabajo son totalmente vulnerables?
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¿Se imaginan ustedes lo que hubiera ocurrido si la reja colapsa? ¿Se imaginan cuál habría sido el saldo de la irrupción de una turba al Palacio de Justicia? Por eso, este episodio no puede dejarse pasar como una simple anécdota de una más entre las decenas de marchas convocadas por el petrismo que han terminado en disturbios y tomadas por los vándalos a lo largo de los últimos años.
Lo más grave, en mi opinión, es que se pretenda presionar a la Corte para que elija a las volandas una nueva fiscal general de la nación. Las tres ternadas reúnen requisitos, y ha dicho el Presidente Petro que son idóneas, que no pertenecen a su círculo íntimo y que no las conoce. El problema radica en la presión indebida a los magistrados con una narrativa según la cual serían cómplices de la mafia si no eligen ya, y eso es una verdadera infamia contra los magistrados y contra la misma Martha Mancera.
Recorderis: 3 ejemplos. Guillermo Mendoza permaneció 16 meses como fiscal encargado, tras 19 rondas de votación y cambio de terna antes de elegir a Viviane Morales en el 2010. José Fernando Perdomo, 4 meses antes de elegir a Néstor Humberto Martínez en 2016, y Fabio Espitia, 8 meses antes de elegir a Francisco Barbosa en 2020. En esta oportunidad, cuando marcharon para presionar a la Corte, ni siquiera había terminado el periodo, es decir que la interinidad llevaba cero días.
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Tachar a los magistrados de la Corte Suprema de Justicia de cómplices del narcotráfico, de las mafias y de la criminalidad si se toman su tiempo para elegir es un acto ruin.
Pero no es solo eso. Tanto el reconocido periodista Melquisedec Torres, en su columna de ‘El Colombiano’, como este mismo diario, en un informe de la Unidad Investigativa publicado ayer, advierten que de una cuenta de activistas vinculada a la entraña del petrismo, detalladamente documentada e investigada por ‘La Silla Vacía’, en trino que luego fue borrado, expresa y literalmente se dijo: “#A esta hora seguimos en el Palacio de Justicia. La consigna es simple: no salen los magistrados hasta que la Corte Suprema de Justicia elija la nueva Fiscal. Nadie me sale”.
Y eso ocurrió después de que, según el mismo informe, las direcciones de las residencias de al menos 5 magistrados de la Corte Suprema de Justicia empezaron a ser publicadas en redes sociales desde el 19 de enero con mensajes ofensivos, junto con fotos acompañadas de epítetos denigrantes. Muy grave.
Nuestros magistrados y magistradas deben ser protegidos, rodeados de garantías, acompañados y deben tomarse todo el tiempo que requiera esa elección sin matoneos, abusos, ataques ni amenazas contra sus vidas.
Ojo, Colombia, ellas y ellos están en peligro.
https://www.eltiempo.com/, Bogotá, 13 de febrero de 2024.