El aumento de los precios de los alimentos empezó por el paro dictador del 2021. Los bloqueos generaron que la comida pasara de una inflación del 4% en abril al 9,4% en mayo. A diciembre del 2021, el aumento era del 17%. Alianza y Valores estima que la inflación de diciembre estaría alrededor del 9% sin el paro. Así las cosas, la inflación de los alimentos cercana al 10% es una preocupación muy grande para un país de ingreso medio.
Para diciembre de 2021, de los insumos agropecuarios estudiados por el DANE, el 63% de los herbicidas aumentaron de precio, el 49% de los insecticidas, y el 44% de los coadyuvantes. La devaluación del peso (subida del precio del dólar) es una de sus causas. El año pasado el peso se depreció respecto al dólar en más del 10%. Esto sumado a el alto valor del flete marítimo, los costos de puerto a bodega, y el flete al interior del país. Todo esto cuesta 169 dólares por tonelada. Mientras en Brasil lo mismo cuesta 79 dólares por tonelada.
En el caso de la papa, por ejemplo, el precio está determinado en su tercera parte por el valor de los insumos agropecuarios. El 22% del costo de producción se usa en el pago de fertilizantes y un 10% en plaguicidas. Los fertilizantes son importados de Estados Unidos y China, los cuales tienen un arancel entre el 5% y el 10%. En el caso de los plaguicidas, algunos son producidos en Colombia, sin embargo, importamos el 98% de los ingredientes para fabricarlos. Para el 2020, importamos 2,2 millones de fertilizantes, y aumentamos en un 32% las importaciones de plaguicidas llegando a las 74.300 toneladas.
Los intermediarios son otro cuello de botella. La ANDI afirma que el sector minorista de comercialización de los insumos agropecuarios presenta especulación de precios. Frutas, papa y hortalizas adquieren en un 70% los insumos agropecuarios de los minoristas. Un sector ordenado es el del banano, el cual adquiere el 100% de sus insumos de las compañías importadoras.
El presidente Iván Duque sancionó una ley el pasado enero para solventar algunas problemáticas. Baja el arancel del 0% para la importación de insumos agropecuarios- pero no resuelve el problema de tarifas arancelarias a ingredientes para la producción de insumos-. Crea un observatorio de este mercado, y un fondo con presupuesto de 70 mil millones de pesos para garantizar el acceso a insumos por parte de productores. Aun así, esta ley resuelve un problema coyuntural pero no estructural.
El país necesita producir sus propios insumos agropecuarios, y en los casos donde sea más barato importarlos, los productores deben tener acceso directo a la empresa importadora, y no a los intermediarios. Así mismo, necesita disminuir los precios de transporte y logística (flete externo, interno, y transporte de puerto a bodega) para ser más competitivo. Necesitamos una política de inversión privada que promueva la producción autónoma de los insumos agropecuarios, y servicios de extensión que revisen la proporción necesaria de productos.